por Carlos Motta
Exit Express, Enero 2006
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El ascenso del líder indígena Evo Morales a la presidencia de Bolivia se suma a la creciente lista de gobiernos que amenazan a la derecha hegemónica, en especial a la de Estados Unidos. Esa derecha que asocia los actuales cambios gubernamentales en América Latina con una ideología “de izquierda, populista y comunista”, es la misma que celebró las atrocidades cometidas por los dictadores del cono sur y apoyó la financiación de la Contra nicaragüense. En nombre de la democracia.
América Latina, históricamente definida de acuerdo a sus relaciones con los Estados Unidos, ha mostrado hastío hacia el intervencionismo político-económico y socio-cultural ejercido por ese país. La proliferación de gobiernos de izquierda en el área crea un orden geopolítico que rechaza la subordinación con el deseo de reestablecer soberanías nacionales; convirtiéndose en “enemigos de la democracia”.
Quiero reiterar que la democracia política y social y la realización de la libertad son solo posibles en un ámbito social en el cual se haya abolido la explotación de algunos hombres sobre otros. Solo así se adquiriría un ideal de justicia y equidad social.
Es importante señalar que Evo, así como Hugo Chávez en Venezuela, han subido al poder por elecciones de resultados sin precedentes, probando el triunfo de la democracia mayoritaria. Aunque su discurso resulta anacrónico (al invocar un socialismo revolucionario cuya eficacia es simbólicamente contundente pero cuestionable en este momento) éstos líderes han logrado conquistar la confianza de las minorías pobres/indígenas decepcionadas por el sistema electoral.
Estos líderes (dentro del grupo de países regidos por gobiernos de izquierda como Brasil, Argentina, Chile y Uruguay) proponen un discurso anti-imperialista, anti-yanki y de oposición al neoliberalismo caracterizado por una retórica de globalización y expansionismo. Se habla en ésta nueva izquierda de una consolidación comercial y una alianza regional independiente de los Estados Unidos.
“El mapa esta cambiando” dijo Castro ante la victoria de Evo, pero el éxito de éstos cambios radicará en como éstos líderes responderán a la confianza de sus electores y como se manejarán sus respectivas políticas económicas, sociales y culturales.
Espero no desilusionarlos lectores de ExitExpress con éste texto aparentemente lejano del arte. Pero veo que se están produciendo eventos que han sido invocados por el arte crítico latinoamericano desde los años 50, en respuesta a la violencia política que ha comprometido al humanismo por el deseo de poder.
Que el cambio nos sorprenda!